Durante la pretemporada, Pablo Torre fue el jugador que más minutos acumuló con Hansi Flick en la posición de mediapunta, una función que no existía con Xavi Hernández y que parecía ofrecer grandes oportunidades para el talentoso centrocampista cántabro bajo la nueva dirección del entrenador.
Sus actuaciones en la gira por Estados Unidos fueron sobresalientes, destacándose por su visión de juego y la capacidad de realizar pases decisivos que pocos jugadores poseen. Con el inicio de la temporada, Torre se presentó en Mestalla con grandes expectativas: Dani Olmo aún no estaba inscrito, Gündogan se quedó fuera de la convocatoria por precaución tras un golpe, Pedri no estaba en condiciones de ser titular, y Fermín disfrutaba de unas merecidas vacaciones tras su participación en la Eurocopa y los Juegos Olímpicos. Era su oportunidad de demostrar su valor.
Sin embargo, cuando llegó el momento decisivo, Flick eligió a Raphinha como enganche para Lewandowski, y asignó la banda izquierda a Ferran Torres. Pablo Torre se quedó en el banquillo y no tuvo oportunidad de jugar. Cuando Flick decidió sustituir a un mediapunta, optó por Pedri, quien tuvo una actuación destacada.
Con la inscripción inminente de Dani Olmo y la recuperación de Pedri, además de la inminente vuelta de Fermín, la oportunidad de Torre en Mestalla fue crucial, pero no se concretó. A tan solo 12 días del cierre del mercado, surgen muchas dudas sobre el futuro del futbolista. Aunque ha sido asignado el icónico dorsal 14, su situación es incierta. Torre, quien siempre ha soñado con triunfar en el Barcelona y se sintió a gusto en su cesión al Girona, esperaba consolidarse en el primer equipo. Con contrato hasta 2026 y un espacio salarial no elevado, el club podría estar dispuesto a considerar otras opciones.
Diversos clubes de Primera División, Segunda y otras ligas importantes están atentos a la situación de Torre. Aunque Flick le mostró confianza durante la pretemporada, el jugador necesita tiempo de juego regular para desarrollar su potencial. Dado que no tuvo muchas oportunidades con Xavi en el Barça ni con Míchel en el Girona, es fundamental para su carrera que se encuentre un movimiento que le permita demostrar su calidad. Un tercer año sin minutos significativos podría ser perjudicial para un talento con tanto potencial.